Dos emprendedores lusos, Filippe Botto y Francisco Villena, dejaron en 2013 sus trabajos en el sector financiero para elaborar estos postres 100 % artesanales
Siempre me ha encantado cocinar y comer productos de calidad y un día, en el trastero de mi casa, descubrí unas recetas caseras de yogurt muy antiguas…» Así empieza la historia de Yonest, una start-up lusa creada el 1 de diciembre del 2013 por el gestor financiero Filipe Botto, al que se asoció poco después su amigo y compañero de profesión, Francisco Vilhena. Dos años después, Filipe y Francisco han dejado atrás el estrés de la banca y del mundo financiero para dedicarse de lleno y con pasión a Yonest, la primera marca en Portugal «que produce el verdadero yogurt griego, confeccionado según un proceso casero, utilizando tan solo leche del día, fruta fresca, fermentos y otros productos 100?% naturales», asegura a La Voz Filippe Botto. Su idea de negocio fue seleccionada para estar presente en la incubadora de empresas Startup Lisboa, en plena crisis económica en el país y aún rescatado.
Los dos responsables del proyecto tuvieron claro que tenían que «fabricar no solo unos yogures auténticos, naturales y deliciosos», nos explica Filippe, «sino crear experiencias nuevas asociadas al postre lácteo para el consumidor exigente del siglo XXI». Por dicho motivo, decidieron poner a andar el negocio a partir de un triciclo y un quiosco ambulante en la plaza de Saldanha, en el centro de Lisboa. «Queríamos conocer, testar y comprobar las opiniones que nuestros clientes», afirma Botto. «Podemos decir con satisfacción que dos años después de nacer, en el 2015 facturáasemos 33 millones de euros y esperamos el próximo año llegar a los 100 y vender fuera de nuestras fronteras». En estos momentos, trabajan directamente 11 personas en Yonest y sus yogures se venden en más de 100 tiendas asociadas de todo Portugal, desde Oporto al Algarve, así como en el archipiélago de Madeira. «Debido la buena acogida que estamos teniendo en los supermercados de El Corte Inglés de Lisboa y Oporto hemos pensado introducirnos en España a través de esta excepcional plataforma», confirma el creador de Yonest.
Los secretos de Yonest
Una de las cosas que más sorprende al probar los yogures de Filippe y Francisco es que no llevan conservantes, ni nata, a pesar de su cremosidad, y tienen muchas menos calorías que cualquier yogur griego industrial. «Nuestro secreto es la simplicidad y la calidad extrema de nuestros ingredientes», explica orgulloso Filippe. «Para un litro de producto empleamos dos de leche fresca del día y fermentos 100 % naturales. Así conseguimos ese sabor y consistencia que nos caracteriza». 100 gramos de yogur Yonest natural tiene 93 calorías y el desnatado 47. «Otro de nuestros secretos es no mezclar los sabores», indica el creador de la empresa, «Vendemos a parte los yogures de las frutas o los cereales que los acompañan. El cliente decide lo que compra y lo mezcla en el momento de comer, como si estuviera recién elaborado». Además, para cubrir todas las necesidades de los consumidores acaban de lanzar un yogur sin lactosa.
Los yogures tienen una caducidad de 21 días, tres desde que se abren. Su precio oscila entre los 2,75 euros en el quiosco a 4,75 en la tienda. Cuestionado sobre ello, Filipe Botton afirma «sí, reconozco que son mucho más caros que los industriales aunque la diferencia es abismal». Termina «el que prueba Yonest no da marcha atrás. Nuestros yogures son ideales para terminar una comida o celebración familiar, sustituyendo a los tradicionales dulces, son saludables, naturales y no engordan».