Entre los diferentes productos lácteos, el yogur y la leche son, junto al queso, los de consumo más habitual. Sin embargo, existe la creencia de que el yogur es más sano y se lo vincula más a «dieta» que la leche.
Para resolver esta duda, vamos a analizar un poco cada uno de éstos lácteos y así, decidir de acuerdo a nuestras necesidades, gustos y preferencias. Es decir, de acuerdo a su composición podremos elegir leche o yogur.
El yogur es un derivado de la leche y se elabora mediante la fermentación bacteriana de la leche que transforma a los azúcares en ácidos, así la lactosa se convierte en ácido láctico. El menor contenido de lactosa del yogur respecto a la leche, hace que sea mejor tolerado por quienes no consumen leche habitualmente y además, permite comenzar a tolerar la lactosa.
Además, mucho yogures presentan bacterias activas tales como los probióticos y éstos, contribuyen al buen funcionamiento intestinal e incluso, aceleran la recuperación ante diarreas, por ejemplo, porque recomponen la flora bacteriana.
Respecto a sus nutrientes, el yogur posee semejantes calorías, proteínas, hidratos y grasas que la leche, ya que deriva de éste y gran parte de su composición depende de la leche que le dio origen. Igualmente ocurre con su contenido en vitaminas y minerales.
La diferencia que existe entre los yogures desnatadas o la leche desnatada es su sabor, ya que la leche sin grasa pierde gran parte de su aroma, sabor y textura, mientras que con el yogur no sucede lo mismo.
Por otro lado, para muchos es más apetecible un yogur que la leche, ya que se saborizan industrialmente y hasta resultan una «golosina saludable» o un postre en ocasiones.
Como podemos ver, el yogur y la leche son dos lácteos con excelente aporte nutricional, proteínas de alta calidad, minerales y vitaminas. Ambos se pueden reemplazar mutuamente sin significar grandes cambios para la dieta, ya que el yogur representa el sustituto perfecto de la leche y viceversa.
No obstante, todo depende de vuestros gustos, preferencias y necesidades, como sucede con la tolerancia a la lactosa, respecto a la cual es mucho más favorable el yogur.