Yogurt casero

NO IMPORTA QUE NO TENGAS UNA YOGURTERA, CON SÓLO DOS INGREDIENTES Y MUCHA PACIENCIA PODRÁS DISFRUTAR DEL MEJOR YOGURT QUE HAYAS PROBADO.

El yogurt es un ser vivo. Son millones de bacterias que se forman dentro de la leche y le dan esa deliciosa textura y sabor. Así que para hacer este divino elixir, lo que hace falta es cultivar estas bacterias para que se reproduzcan una y otra vez. En esta receta aprenderás cómo hacer yogurt casero de forma sencilla y natural.

Procedimiento

En una olla, verter la leche y calentar hasta lograr 80 ° grados (evitar que llegue a hervir). Deja enfriar hasta que alcance los 45 °. Con este proceso se garantiza que no quedarán bacterias vivas que puedan dañar el yogurt.

Cuando la leche este tibia, ponla en un frasco de vidrio o plástico (nunca metálico). Agrega el pote de yogurt natural y bate bien hasta que se disuelva.

Tapa el recipiente y déjalo reposar durante 6 horas y 30 minutos, a temperatura ambiente o ligeramente tibia. Mucha gente lo coloca dentro del horno apagado, pero cualquier lugar tranquilo y protegido servirá.

Luego la leche se coagula de manera homogénea. Para reconocer que el yogur está listo, percibe su aroma (desprenderá un suave aroma láctico) típico del yogurt. Entonces introdúcelo a la nevera.

Para saborizarlo

Puedes consumirlo natural y sin azúcar, o también puedes innovar con lo que más te guste. Desde añadir a la leche azúcar moreno, cacao, pepitas de chocolate, pasas, canela, ralladura de limón o de naranja, agua de azahar, vainilla, galleta, cereales, leche de coco y coco rallado, fruta, mermelada de cualquier sabor, miel, café, jengibre o incluso agua de rosas.

La técnica es muy sencilla, basta mezclar el saborizante con la leche antes de hacer el yogur, o incluso infusionarla y luego colarla.

De la misma manera, si queres endulzar el yogurt sin usar azúcar ni edulcorantes químicos, puedes infusionarse la leche con stevia, colarla y usar esa leche dulce.

Origen

El yogurt es un producto lácteo obtenido mediante la fermentación bacteriana de la leche. Si bien se puede emplear cualquier tipo de leche, la producción actual usa predominantemente leche de vaca. La fermentación de la lactosa (el azúcar de la leche) en ácido láctico es lo que da al yogur su textura y sabor tan distintivo.

Existen pruebas de la elaboración de productos lácteos en culturas que existieron hace 4500 años. Los primeros yogures fueron probablemente de fermentación espontánea, quizá por la acción de alguna bacteria del interior de las bolsas de piel de cabra usadas como recipientes de transporte.

Las bacterias Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, responsables de la fermentación de la leche, ya eran conocidas, hacia el 6000 o 7000 a.C, por los tracios que vivían en la actual Bulgaria. Fueron ellos quienes las utilizaron para inducir la fermentación de la leche de oveja y de esa forma obtener yogur, queso, etc. dichos productos son los primeros alimentos probióticos en el mundo.

Existen estudios científicos que acreditan que hace 4000 años, en territorio de la actual Bulgaria, los tracios ya estaban familiarizados con él.