Durante años hemos pensado que no era recomendable incluir helados en nuestra alimentación, por las gran cantidad de caloría que estos contienen. En la actualidad esta creencia ya no tiene fundamento (que alegría!), la forma de comer ha cambiado y hay que aprender a utilizar nuevos alimentos conservando la salud sin engordar. Los helados de hoy en día tienen menos azúcar y sal, aportan proteínas, energía y mucho calcio, los que tienen como base la leche, aportan los mismos nutrientes que esta.
Si consumes helados con moderación no aumentarás de peso, la sustitución de ingredientes clásicos por otros más ligeros como la leche desnatada, edulcorantes artificiales, la eliminación de la glucosa, gluten y lactosa, convierten a esta alimento en apto para todos.
Los helados de chocolate (cacao), contiene sustancias que actúan sobre el sistema nervioso central produciendo endorfinas, que provocan una reducción del dolor, el estrés y la ansiedad, cambiando por una sensación de bienestar.
Es importante saber que las grasas presentes en los helados son por lo general de origen animal, por lo que aumentan el nivel de colesterol si se consumen en exceso. Los helados de crema contienen 5 a 22 g. (alto) por cada 100 g. de helado, los de leche 3 a 6 g. (moderado), mientras que los sorbetes y helados de agua menos de 1 g. de grasa.
Con toda esta información, ya puedes disfrutar del irresistible placer de comer un helado sin remordimientos, pero siempre cuidando la frecuencia de consumo y el tipo de helado que escojas.