En los últimos años existe la tendencia de señalar a los lácteos como alimentos totalmente incompatibles con una alimentación saludable. De ellos se ha dicho que engordan, que todas las personas son intolerante e incluso que se puede vivir sin ellos. Sin embargo parece que esta fama es totalmente injusta, pues según los últimos estudios los lácteos son un buen aliado para nuestra salud metabólica.
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El último de estos estudios determinó que los lácteos pueden reducir el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2. Según los investigadores la explicación estaría en el ácido traspalmitoleico, presente en la grasa de la leche, mantequilla, yogurt y queso. Este estudio reveló que la presencia de esta sustancia en la sangre estaba directamente relacionada con una menor presión sanguínea en hombres y mujeres, así como con un menor peso corporal en el caso de los hombres. También se asoció la presencia con la de un menor nivel de glucosa en la sangre.
Otra investigación reciente también ha llegado a una conclusión similar: las personas con mayor consumo de lácteos tienen un 23% menos de riesgo de sufrir diabetes tipo 2 que aquellos que menos consumen.
La carne, que al igual que la leche contiene grasa saturada, sí que está asociada con un mayor riesgo de sufrir diabetes tipo 2. Esto demuestra que, como ya habían vaticinado los expertos, no todas las grasas saturadas son igual de perjudiciales.
De entre todos los lácteos el yogur fue el que demostró una mayor asociación inversa. Según la investigación, el alto consumo de yogur (7 a la semana) está relacionado con un menor riesgo de sufrir obesidad. Los investigadores creen que esto se debe a que una mayor absorción del calcio puede reducir la formación de tejido adiposo nuevo, al tiempo que incrementa el metabolismo del tejido adiposo ya formado.