Tomar un yogur a media mañana a veces ayuda a engañar el estómago hasta la comida. Pero si además el tentempié incorpora una sustancia saciante, el efecto está asegurado. Ese yogur «antihambre» está cada vez más cerca, según los resultados prometedores de un nuevo aditivo con efecto saciante presentado en el Congreso de la Sociedad Química Americana. Esa sustancia podría incorporarse a los yogures, y también a los batidos de frutas y otros alimentos que ayuden a controlar el peso.
La nueva herramienta contra los kilos de más es la metil celulosa, un polvo blanco que se disuelve en agua fría y se convierte en gelatina cuando se calienta. El resultado final es una textura agradable que se funde en el producto sin que llame la atención del consumidor.
Reducción de calorías
El estudio piloto que se acaba de presentar en Filadelfia (EE.UU.) cuenta con la experiencia de un pequeño grupo de voluntarios que redujeron la ingesta de calorías en un 13% y no sintieron el rugir de sus estómagos.
Carsten Huettermann, el creador de este ingrediente «mágico», asegura que es la primera vez que se utiliza metil celulosa como un ingrediente saciante en los alimentos. «Pensamos que podríamos conseguir que la gente se sienta lleno después de tomar pequeñas cantidades de alimento y siguiera dietas sin ansiedad por comer»