Molécula de Lactosa¿Qué es la lactosa?
La lactosa es un azúcar que está presente en todas las leches de los mamíferos: vaca, cabra, oveja y en la humana, y que también puede encontrarse en muchos alimentos preparados. Es el llamado azúcar de la leche, (C12, H22,O11) disacárido natural compuesto de glucosa y galactosa.
¿Qué es la Lactasa?
La lactasa es un enzima producida en el intestino delgado, que juega un papel vital en el desdoblamiento de la lactosa (proceso necesario para su absorción por nuestro organismo) en sus dos componentes básicos: glucosa y galactosa. Si los niveles de lactasa son bajos o ésta no realiza bien su labor desdobladora, aparecen dificultades para digerir la lactosa.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa significa que no hay suficiente enzima (lactasa) en el intestino delgado para romper toda la lactosa consumida. La lactosa digerida parcialmente pasará al intestino grueso y puede provocar todos sus síntomas: dolores, hinchazón abdominal, diarrea, etc. También es conocida como intolerancia a productos lácteos, deficiencia de disacaridasa, deficiencia de lactasa, intolerancia a la leche.
¿Afecta a todos por igual?
La sensibilidad a la lactosa puede variar ampliamente, -algunas personas notan sus efectos de forma inmediata tras consumir pequeñas cantidades, mientras otras tienen un umbral de sensibilidad más alto y es más difícil de observar su relación causa-efecto-. La sensibilidad puede también cambiar con el tiempo y con el estado general de salud. Un episodio agudo de diarrea, causada por una infección, puede reducir temporalmente los niveles de lactasa y hacer más sensible a la lactosa de forma temporal.
¿Qué síntomas provoca?Aparato Digestivo
Los síntomas se presentan frecuentemente después de la ingestión de productos lácteos.
– Náuseas
– Dolor abdominal
– Espasmos
– Hinchazón y distensión abdominal
– Gases abdominales y flatulencias
– Diarreas ácidas
– Heces flotantes
– Defecación explosiva
– Vómitos
– Enrojecimiento perianal
¿Cuando se desarrolla?
La intolerancia a la lactosa no es peligrosa y es muy común en los adultos, quienes en su mayoría al llegar a los 20 años de edad muestran algún grado de intolerancia a ella (por pequeño que sea). Esta intolerancia se puede presentar en el momento del nacimiento, desarrollarse en la infancia cuando se introduce la leche de vaca en la dieta o más tarde en la etapa adulta.
¿A que razas afecta más?
Parece que existe una clara relación causa-efecto con el hábito de tomar leche. Aquellos pueblos que han sido tradicionalmente «ganaderos», que se han alimentado generación tras generación de la leche de los animales, presentan menos casos de intolerancia a la lactosa que otros pueblos no acostumbrados a su consumo. La mayoría de la población mundial adulta tiene déficit de lactasa, excepto la población del norte y centro de Europa.
Suecos 1%
Ingleses 6%
Rusos 15%
Españoles 15%
Ãrabes 80%
Esquimales 83%
Mexicanos 83%
Africanos 83%
Tailandeses 98%
FUENTE: «Disorders of carbohydrate absorption in clinical practice» Montes RG, Perman JA 1987
¿Qué tipos de intolerancia existen?
1. Intolerancia secundaria (mayoritaria): La disminución de la producción de la lactosa es secundaria, ya que esta provocada por un daño intestinal temporal (generalmente causado por una gastroenteritis vírica/ver las causas en el siguiente apartado). Este tipo de intolerancia es muy frecuente en la infancia tras un episodio de gastroenteritis agudo. TRANSITORIA I RECUPERABLE
2. Intolerancia primaria o genética (minoritaria): Se produce una pérdida progresiva de la producción de la lactasa, y por tanto una pérdida gradual de la capacidad de digerir la leche. Suele darse a lo largo de la vida en ciertos grupos étnicos y tiene una causa genética. La personas con esta intolerancia van notando como la ingesta de leche les causa cada vez más síntomas. PROGRESIVA I PERMANENTE
¿Qué la puede causar?
Además de la intolerancia primaria cuyo origen es genético o heredado, la intolerancia secundaria que es la mayoritaria puede ser provocada por varias causas:
· Después del destete, la cantidad de lactasa producida se reduce si el niño no está
continuamente expuesto a la lactosa a través de su dieta. Por eso es importante
introducir la lactosa de forma gradual.*
· Problemas intestinales provocados por virus, bacterias o parásitos.
· Intolerancia al gluten
· Intolerancia a las proteínas de la leche de vaca
· Malnutrición ligada a una diarrea prolongada
· Operaciones quirúrgicas del intestino delgado
· La toma de ciertos antibióticos como la neomicina y la kanamicina
*Al principio el bebé sólo puede digerir el calostro (agua rica en proteínas, sales minerales y factores inmunológicos). Después éste se va enriqueciendo con lactosa y lípidos hasta dar lugar a la leche definitiva. La leche de la madre se va haciendo más completa al ritmo de las enzimas del bebé. Es por tanto el organismo el que aumenta o disminuye las enzimas según sus necesidades, un desajuste en este proceso es el que provoca la intolerancia infantil.
¿Cómo se cura?
Cuando es de carácter primario/genético no existe curación posible porque el individuo no recupera el enzima y los síntomas sólo se alivian con la suspensión de los productos lácteos en la dieta. En cambio cuando sea de carácter secundario, es decir como consecuencia de otro problema, si que tiene solución, pero primero habrá de tratarse éste para lograr la mejoría total.
¿De qué métodos de diagnóstico disponemos?
1. Test de tolerancia a la lactosa
Al paciente se le suministran 100 gramos de lactosa y las muestras de sangre se toman a los 30, 60 y 120 minutos después de haberla ingerido. Normalmente debe aparecer un aumento de 2mg/dl de glucosa a las 2 horas de la ingesta de la lactosa.
2. Test de hidrógeno en el aliento
Al paciente se le suministra una solución con lactosa y a intervalos posteriores de tiempo se le hace soplar unas bolsas herméticas de donde se recogen muestras. Cuando los azúcares no digeridos son transportados al intestino grueso, las bacterias presentes allí lo utilizarán como alimento y crearán hidrógeno como producto de desecho. El hidrógeno es absorbido por el caudal de sangre y expedido en la respiración. El hidrógeno detectado en la respiración indica que el azúcar ha entrado en el intestino grueso no habiendo sido bien absorbido en el intestino delgado. Se debe constatar un aumento del hidrógeno en la respiración tras la ingesta de la lactosa.
3. Biopsia del intestino delgado
Las muestras de una biopsia del intestino delgado pueden obtenerse por EGD (esófagogastroduodenoscopia) u otra endoscopia del tracto gastrointestinal superior. Se introduce un tubo flexible de fibra óptica (endoscopio) a través de la boca o nariz hacia el tracto gastrointestinal superior. Las muestras de tejido obtenidas durante la endoscopia son enviadas al laboratorio para ser examinadas. Se constata la presencia o no de lactasa en la mucosa intestinal.
¿Por qué es importante detectarla y tratarla rápidamente?
Porque la lactasa es una de las enzimas intestinales más delicadas y vulnerables. Si seguimos tomando lactosa, se agrandará la lesión en la mucos intestinal y se producirá un círculo vicioso: lesión de la mucosa/mal absorción de lactosa que será cada vez más difícil de solucionar.
¿Cómo vivir con la intolerancia?
La falta de leche en la dieta puede producir falta de Calcio, Vitamina D (necesaria para la absorción del Calcio), Riboflavina y proteínas. Las complicaciones más comunes son la pérdida de peso y la malnutrición. Por tanto, resulta esencial consumir otros productos ricos en estas sustancias, así como las dosis diarias recomendadas de vitamina A, C, Fósforo, Magnesio i Potasio (los cuáles ayudan a la absorción del calcio).
Fuentes alternativas de obtención:
Calcio: Sardinas, salmón, tofu, gambas, col, espinacas,…
Vitamina D: Aunque la crea el propio organismo cuando se expone al sol, una rica fuente es el hígado de bacalao.
Otra alternativa posible consiste en agregar a la leche enzimas de lactasa (lactoacidófilos) o tomarlas en cápsulas o en forma de tabletas masticables antes de cada ingestión.