Si la leche de burra es beneficiosa para la piel, ¿también podría tomarse?
Desde luego, sería un modo mucho más práctico de embellecer que viajar con un séquito de 500 burras, como hacía Cleopatra. Lo cierto es que, aunque ingerida no tiene los mismos efectos que cuando se aplica sobre la piel, la leche de este animal es la más parecida en composición a la humana. El hábito de tomar una leche u otra ha estado condicionado más por el tipo de mamífero que predomina en los diferentes pueblos. El consumo de leche de burra y de camello es habitual en ciertas regiones orientales. Se le atribuyen propiedades medicinales para tratar diversas afecciones respiratorias y en algunas culturas se usa en el tratamiento de la tosferina (tomando un vaso en ayunas inmediatamente después de ordeñarla). No es eficaz, sin embargo, para sustituir a la leche de vaca en caso de alergia o intolerancia, ya que los afectados suelen reaccionar también ante las proteínas de leche de burra. Es un ingrediente habitual en ponches y otras bebidas alcohólicas.