Lácteos que contribuyen a una vejez saludable y feliz

Una de las mayores preocupaciones de la alimentación en la edad de oro, recae en que los adultos mayores desarrollan mayor intolerancia a la lactosa, que personas en otras etapas de la vida.

Costa Rica carece de información estadística respecto a la prevalencia de este problema en el país, según se evidenció en un artículo de la experta en nutrición, Patricia Sedó -académica de la Universidad de Costa Rica (UCR)- publicado en una recopilación de la Federación Panamericana de Lechería (Fepale).

El documento explica que aquellos mayores tolerantes deberían consumir 3 porciones de lácteos bajos en grasas, ya que le aportarán: calcio, vitamina A y D requeridas, proteínas y triptofanos. Puede ser:

Leche semi o descremada

Yogur semi o descremado

Quesos bajos en grasa (blanco fresco o ricotta)

Las recomendaciones dietéticas oscilan para ellos entre 800 y 1500 miligramos (mg) de calcio diarios. 240 mililitros (ml) de lácteos colaboran con 293 mg de los requeridos.

Sobre la proteína: Durante la vejez se tiende a reducir la ingesta de proteínas pues se vuelve más difícil masticar ciertos alimentos, como las carnes.

lacteos

Imagen ilustrativa tomada de www.abc.es

Los lácteos son fuentes de proteína de alto valor biológico. 240 ml de estos alimentos aportan 8 gramos de proteína por lo que mejora este requisito nutricional.

Triptofanos. Estas sustancias presentes en la leche estimulan la segregación de serotonina, ¡la hormona de la felicidad! Unos niveles adecuados en el plasma y en el cerebro producen relajación y somnolencia en los mayores, por lo que les resulta favorable para conciliar el sueño.

Por ejemplo, se puede consumir una taza de leche tibia antes de irse a la cama.

Vitamina A y D. Los productos lácteos enriquecidos con vitaminas A y D fortalecen la salud. La vitamina A ayuda al sistema inmunológico, las mucosas y la piel. La vitamina D es buena a nivel cutáneo, ayuda a quienes tengan dificultad para moverse, a soltarse.

Todo en exceso es malo

Diversos estudios determinaron en el pasado que la leche descremada contribuye a la prevención de la hipertensión, porque además del calcio tiene potasio y magnesio.

Sin embargo, otras vieron efectos adversos en quienes se excedieron en el consumo, sobre todo de lácteos enteros. Ingerir más de 4 porciones al día estaría relacionado a un mayor riesgo cardiovascular, al cáncer de próstata y de ovarios y al colesterol alto.