¡Qué placer comerse un desayuno con un par de tostadas untadas con mantequilla!
Pero aunque nos resulte una delicia, muchos de nosotros tratamos de evitarlas -o al menos no comerlas todos los días- debido a que la mantequilla contiene grasas saturadas.
Sin embargo, según investigaciones recientes, puede que este producto lácteo no sea tan malo como suponemos.