Todo el tiempo escuchamos afirmaciones sobre la comida. Algunas están basadas en estudios científicos, pero otras son simples rumores.
El queso es uno de esos alimentos que ha ganado mala reputación en los últimos tiempos y en realidad, además de que es muy rico, puede ser bueno para tu salud.
Todo depende de la calidad de lo que consumes y afortunadamente, la industria ahora nos ofrece muchas opciones sanas. El truco es que estés atenta a las etiquetas:
Te dejamos 4 mitos sobre el queso que ya puedes desechar:
#1 El queso tiene mucha grasa
Sí, el queso tiene grasa, pero quizá no tanta como crees. Además, en el mercado existen muchas opciones de quesos dietéticos. Si no puedes dejar de comerlo, busca alguno saludable.
#2 Debes eliminar todo el queso de tu dieta
A menos de que te hayan diagnosticado un problema de salud específico, no es necesario que elimines el queso de tu dieta por completo. El secreto no es ningún secreto: equilibrio.
Un estudio de la Universidad de Tecnología New Curtin, en Australia, mostró que una dieta alta en lácteos y reducida en calorías puede combatir la obesidad.
«Aumentar el consumo de lácteos a cinco veces al día como parte de una dieta reducida en calorías nunca se había estudiado, y tales dietas que contienen altos niveles de proteína, calcio y vitamina D, entre otros nutrientes bioactivos, pueden ser una parte importante para una pérdida de peso prudente», dijo el doctor Chan She Ping Delfos, quien realizó la investigación.
Los beneficios para los participantes del estudio que consumieron más lácteos «“queso, yogurt y leche baja en grasa- incluyeron: pérdida de masa corporal, pérdida de grasa abdominal y un mejor control de la presión arterial sistólica.
#3 Todos los quesos se hacen con renina animal
Para hacer algunos quesos es necesaria una sustancia llamada cuajo, que principalmente contiene la enzima renina (quimosina), la cual es extraída del estómago de mamíferos rumiantes en etapa de lactancia.
Sin embargo, no todos los quesos contienen este ingrediente; algunos pueden hacerse con sustitutos vegetales o químicos.
#4 Si eres intolerante a la lactosa, aléjate del queso
Depende. La leche prácticamente desaparece en el proceso de hacer los quesos. Sin embargo, puedes checar el contenido de lactosa de cada uno de ellos en las etiquetas.
Consulta con tu médico si puedes comer ciertos tipos de queso.