Cómo hacer yogur casero sin yogurtera

El yogur es un alimento muy completo y beneficioso, en Cocina casera lo hemos usado como ingrediente en diversas recetas, como, por ejemplo, en el caso de nuestras pakoras con salsa de yogur o nuestro pollo tandoori, cuyos vídeos os compartimos al final de esta entrada. Elaborar yogur en casa sin yogurtera es realmente sencillo y muy económico. A continuación os mostramos todo el proceso, ¡no os lo perdáis!

Para hacer yogur en casa solo necesitamos dos ingredientes; yogur, que nos proporcionará los fermentos para arrancar el cultivo, y leche. Algunos os estaréis preguntando: «¿ya está?» Sí, a partir de un yogur natural podemos hacer litros y litros de yogur casero. «¿Y no necesitamos yogurtera?» Aunque este pequeño aparato nos facilita mucho la tarea, realmente no es necesario.

Ingredientes

Yogur. Os recomiendo que compréis un yogur natural de buena calidad, preferiblemente libre de conservantes y aromatizantes. Aseguraos bien de lo que compráis leyendo la información nutricional que suele venir impresa en el envase. Un buen yogur no tiene por qué contener otra cosa que no sea leche y fermentos lácticos.

Leche. Podemos usas diversos tipos de leche, tanto de origen animal como vegetal. Los mejores resultados se obtienen con leche entera animal, ya que presenta una mayor proporción de materia grasa que da lugar a un producto final de mayor consistencia.

Para convertir en yogur 1 litro de leche necesitaremos 100 gramos de yogur natural. También nos harán falta unos tarros de cristal, y, a ser posible, unas tapaderas, aunque podemos apañarnos igualmente con film de cocina o papel de aluminio. Incluso, podemos prescindir de los botes y cuajar el yogur en un cuenco grande o en el interior de un termo.

Elaboración paso a paso

Calentamos la leche en un cazo a fuego suave.

Justo antes de que empiece a hervir, la apartamos del fuego y dejamos que la temperatura descienda en torno a los 45 ºC. En este sentido es interesante hacernos con un termómetro de cocina, son baratos y nos pueden servir de gran ayuda en numerosas tareas. Si no disponéis de termómetro, una forma de saber si la temperatura ronda los 45-50 ºC es introducir en la leche el dedo índice y ver si somos capaces de aguantarlo dentro más de 10 segundos.

Vierte el yogur en un cuenco.

Cuando la leche se haya templado, añade un poco al cuenco y diluye el yogur.

Incorpora el resto de la leche y mezcla bien para que el yogur se reparta de manera uniforme.

Si dispones de un termo, vierte en su interior la mezcla de leche y yogur. Si no, puedes dejarla en el cuenco o ponerla en tarros de cristal con tapadera.

Arropamos los recipientes con una toalla y los ponemos en el lugar más cálido de la casa donde los dejamos reposar durante 12 horas.

Pasadas las 12 horas, ya tenemos listo nuestro yogur. A partir de ese momento, debemos conservarlo refrigerado.

Cómo mantener el calor

Hay distintas alternativas que nos pueden permitir mantener el calor adecuado que la leche necesita para cuajar:

Horno. Podemos aprovechar para hacer yogur un día en el que tengamos que encender el horno. Tras usarlo, podemos aprovechar el calor residual para cuajar nuestros yogures. Antes de meter los recipientes con la mezcla de leche y yogur debemos asegurarnos de que la temperatura del horno ha descendido por debajo de los 50 ºC.

Baño María. Podemos calentar la mezcla al baño María en un recipiente con tapa. Cuando la mezcla alcance los 45 ºC, apagamos el fuego y dejamos el recipiente dentro de la olla durante 8 ó 10 horas.

Termo. Es una magnífica forma de preparar yogur. Antes de introducir la leche, pondremos agua a 50 ºC en su interior para calentarlo. Luego la desechamos y vertemos la mezcla de leche y yogur.

Radiador. Si hacéis yogures en invierno un radiador puede ser una magnífica fuente de calor para acelerar el proceso.

Manta eléctrica. Como en el caso del radiador, puede ser de gran utilidad.

Anotaciones y consejos

Si queréis que vuestro yogur sea aún más consistente podéis diluir en la mezcla dos cucharadas de leche en polvo.

Aunque recomendamos iniciar el proceso con yogur natural, podéis emplear también yogur de distintos sabores. Se obtendrá un yogur con un sabor más diluido.

Podéis usar también leche de soja. En casa los hacemos habitualmente y salen muy buenos, algo menos consistentes que los comerciales, pero igualmente ricos. Con el resto de leches vegetales no se obtiene buen resultado salvo que se empleen espesantes (agar agar o féculas).

Si queréis endulzarlos lo mejor es hacerlo a la hora de consumirlos, aunque también se puede añadir azúcar a la leche antes de añadir el fermento. Del mismo modo, también podemos aromatizar la leche infusionándola con canela, vainilla, corteza de limón, etc.

Podéis arrancar otra tanda de yogur haciendo uso de uno de la tanda anterior.

Una vez que tenemos listo nuestro yogur casero, podemos usarlo para elaborar múltiples recetas, como es el caso de las dos elaboraciones que os dejamos a continuación. Si queréis ver las recetas escritas solo tenéis que pinchar en el título que aparece subrayado.

Pakoras con salsa de yogur

No os podéis perder esta deliciosa receta en la que el yogur sirve como salsa de acompañamiento para las pakoras. Un plato muy saludable y fácil de hacer que podéis elaborar en casa en muy poco tiempo. ¡Probadlo y nos contáis!

Pollo tandoori

En esta ocasión el yogur se usa como base para la elaboración del adobo en el que se maceran los muslos de pollo. Si te gusta la comida rica en especias esta es una elaboración que tienes que probar. Si además la acompañas de unas patatas fritas o un poco de verdura al horno conseguirás un plato de diez.