Un gesto tan cotidiano como abrir un envase de yogurt esconde un proceso extremadamente complejo que es el que garantiza que el producto va a conservar todas sus propiedades desde el momento en que se elabora en fábrica y hasta que llega a la nevera del consumidor.
De elemento práctico e imprescindible para transportar y almacenar el producto, el nuevo envase adquiere el calificativo de «inteligente» y pasa a cumplir un papel activo en la conservación del producto, algo especialmente importante en el caso de la industria agroalimentaria, al contribuir a evitar el desperdicio alimentario.
Para Gonzalo Sánchez Pérez, director técnico de Grupo Coexpan, «Hay que mirar el envase entendiendo la cantidad de funciones que cumple. Cada capa tiene una función determinada y hay mucha tecnología detrás. Cada vez se emplea menos material y el peso del envase de ha reducido hasta el 20-25% en los últimos años».
La Plataforma Envase y Sociedad se ha propuesto dar a conocer el papel del envase a lo largo de todo su ciclo de vida y la importante actividad de I+D+i que hay detrás de la industria del envasado. En el sector del packaging, solo en España, participan más de 1.500 empresas, con una facturación de 17.500 millones de euros al año y 73.000 trabajadores directos. Para ello ha puesto en marcha un ciclo de tertulias radiofónicas en colaboración con Gestiona Radio, sobre las diferentes etapas del ciclo de vida del envase.
Para Juan Quintana, director general de la Plataforma Envase y Sociedad, «aunque muchos de los avances introducidos en los envases no son perceptibles a simple vista, su contribución hoy a los beneficios sociales, económicos y medioambientales es incuestionable. La sociedad actual no se puede concebir sin envases, de ahí la importancia en dedicar esfuerzos para que estos sean cada vez más sostenibles».
«La responsabilidad ambiental ha de estar presente a lo largo de todo el ciclo de vida del envase y para ello es necesaria una apuesta firme por el residuo cero y por la reutilización de los residuos, incorporándolos de manera continuada al ciclo económico y limitando así el uso de recursos y el impacto sobre el medio ambiente», afirma.
La tecnología aplicada a la fabricación del envase ha contribuido a la reducción de su peso y volumen, a mejorar la logística, facilitando el almacenamiento y transporte de productos y, en definitiva, a reducir las emisiones de CO2, mejorar la eficiencia y reducir los costes de toda la cadena.
Según Teresa Martínez, directora de Cicloplast «los envases plásticos además de aportar versatilidad también aportan como ventajas ambientales ligereza que permite un ahorro de energía en el transporte y reducir la contaminación ambiental».
Pero, ante todo, el envase debe contribuir a simplificar la vida del consumidor. En último término, afirma Remedios Aceña de Hispacoop (Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios) «es el consumidor quien valida si el producto con el envase en concreto se va a seguir fabricando así o no. El envase tiene que ayudar a simplificar la vida del consumidor y cada vez valora más su contribución a la sostenibilidad, con productos fácilmente reciclables».
Paloma Sánchez, directora del Departamento Técnico y de Medioambiente de FIAB defiende que «La industria tiene que adaptarse a los consumidores que demandan cada vez más cosas, sobre todo tener la posibilidad de comprar el alimento envasado en cualquier formato y tamaño, en función de las necesidades familiares y que el envase preserve la seguridad, higiene y calidad de los alimentos».
Los avances en el envase, según explica Sergio González, director de Proyectos de la Cátedra de Medio Ambiente de la Universidad Alcalá de Henares, se producen en todas las fases de la cadena, «en la producción, donde cada vez hay una tendencia mayor hacia la química verde, la química sostenible, los recursos renovables, en el comportamiento de los materiales con el desarrollo de plásticos técnicos, plásticos multicapa, entre otros que garantizan el comportamiento del material y en el tratamiento final, en la selección, reciclado y reutilización de los materiales».
La innovación aplicada al envase y la creciente implicación y concienciación de los ciudadanos ha permitido que España sea según señala Begoña de Benito, directora de Relaciones Institucionales y Empresas Adheridas de ECOEMBES, «uno de los 10 mejores países de Europa en materia de reciclaje de envases ligeros y de papel cartón, con un tasa del 71%, muy por encima de los objetivos europeos del 50% y eso es así en todos los materiales».