Cuando compramos un queso, es conveniente saber su procedencia y calidad para seleccionarlo según los gustos o el uso culinario. El queso duro será picante y fuerte, el queso blando cremoso y suave, y el queso absolutamente blando, fresco y tendrá color y sabor a leche.
Los quesos blandos y frescos se conservan envueltos en paños en el frigo. Y el resto de los tipos, en lugares frescos a unos 12 ºC de temperatura. Después de cortarlos, se protegerán con papel de plata o plástico para evitar la formación de costra.
A continuación mostraremos unos pocos quesos de nuestra tierra y las características de cada uno.
Quesos de España ¿Cómo son?
Alicante: Queso fresco de cabra, que se debe consumir recién hecho. Es muy blando, blanco y de aspecto lechoso
Aragón: De pasta semidura, poco curado y elaborado con leche de oveja. Se debe consumir rápidamente, ya que a los 20 días pierde calidad.
Burgos: De leche de oveja, se consume fresco (sin fermentar), después de 2 días de su elaboración. Muy blando y blanco. Famoso también el de Villalón.
Cabrales: De leche de vaca y, a veces, de oveja y cabra. Es muy graso y de un color blanco y verdoso, aroma intenso y algo picante. Se cría en cuevas naturales con corrientes de aire que favorecen la fermentación. Se envuelve en hojas de árbol. Extraído de la cueva, se conserva entre 2 y 3 semanas. Parecido al «Roquefort».
Cádiz: Queso fresco de cabra con un sabor fuerte, cuyo proceso de fermentación y maduración es corto (3 a 5 días). Se consume en fresco, antes de que pasen 20 días.
Cebrero: De leche de vaca, se consume semicurado y fresco. Se puede conservar hasta 6 meses. Es de Lugo y tiene forma de seta. Es ácido y sabe a leche fresca.
Idiazábal: El queso del país vasco. De leche de oveja, se distingue por su sabor ahumado. Pasta firme y amarillenta. Conservación: 1 año.
La Serena: De Badajoz. De leche de oveja y consistencia dura. Tarda en madurar mes y medio y se conserva dos años.
Mahón: De leche de vaca con un poco de leche de oveja. Semifresco resulta suave y, oreado con aceite, algo más duro.
Málaga: De leche de cabra se puede consumir fresco (a los 5 días de su maduración) o en aceite, que se conserva unos 2 o 3 meses.
Manchego: De leche de oveja y se puede encontrar blando, muy blanco, curado o en aceite. Se conserva un año y, en aceite, dos.
Pasiego: El prensado se elabora con leche de vaca algo desnatada. Es blando y se conserva un mes. El que es sin prensar, es queso sin fermentar. Tiene olor y sabor a leche y debe consumirse antes de la semana.
San Simón: Es famoso este queso de Lugo por su corteza brillante (debida al ahumado) y su forma de pera. De leche de vaca, se conserva durante dos años, aunque se puede consumir al mes de su maduración.
Tetilla: Otro queso gallego de leche de vaca con sabor ácido. Es blando y de unos 2 meses de duración.