La leche de cada especie animal contiene un equilibrio de nutrientes específicos para el desarrollo de esa especie. La leche humana es muy suave y fácil de digerir, con proteínas humanas, con la grasa idónea para nosotros, con los azúcares más apropiados para aportarnos energía, con las enzimas* suficientes para ser digerida, con las hormonas* y composición mineral necesarias para nuestro crecimiento.
Aunque podemos consumir leche de cualquier mamífero, en nuestro medio está extendido el uso de leche de cabra, oveja y vaca. (A nivel mundial el 90% de la leche que se consume es de vaca, seguida por la de búfala y luego cabra y oveja).
La leche que nos produce menos problemas es la de cabra, que es la más parecida a la humana y se asimila mucho más rápido. Este estudio se centra en la leche de vaca, puesto que es la leche mayoritariamente utilizada.
Enzimas: grandes proteínas que catalizan las reacciones químicas.
Hormonas: sustancias mensajeras segregadas por glándulas (hipófisis, páncreas, tiroides»¦) y que actúan en células alejadas de ellos.
Dibujo de vaca sonriente
El ternero tiene unas necesidades diferentes a las de un niño recién nacido. Simplemente observemos que al nacer el ternero pesa 40 kgr y al cabo de un año pesa 150 kgr y a los dos años ¡más de 400!. El sistema digestivo y el sistema inmunológico del ternero y de un niño son diferentes y el sistema nervioso del hombre es mucho más complejo, necesita madurar más lentamente. La leche de la vaca está especialmente diseñada para las necesidades del ternero y las de la mujer para el niño.
Para el crecimiento rápido del ternero la leche de vaca contiene el triple de proteínas, y de mayor tamaño y diferente composición. Esta diferencia es crucial en los problemas que nos acarrea.
Además tiene 4 veces más calcio, 5 veces más fósforo, 30 veces más magnesio, 100 veces más manganeso (todo ello necesario para el esqueleto de una vaca).
Contiene la mitad de hidratos de carbono.
Las grasas son más densas y saturadas, carentes de ácidos grasos insaturados importantes para la maduración de nuestro sistema nervioso.
Es más ácida que la humana.
Tiene menos vitamina C.
Tiene las hormonas de crecimiento que necesita el ternero.
No contiene las células del sistema inmunitario que el lactante necesita para ser más resistente a las infecciones.
Para el hombre la leche de vaca es un producto difícil de digerir y de asimilar. Los problemas más importantes que puede producir son a nivel digestivo (intolerancia), a nivel del sistema inmunológico (alergias y otros desequilibrios) y en los huesos (osteoporosis).