El labneh no es un alimento típico de la gastronomía española, pero es muy conocido y consumido en la gastronomía árabe. Es una especie que yogur, que también puede tener cierto parecido con el queso, siempre en función de su consistencia y textura. También depende, principalmente, de su consumo en fresco, en el que su textura es de yogur o si lo dejamos secar, para conservarlo de forma más duradera, puede llegar a formar queso. Un consejo cuando se deja secar es aderezarlo con aceite y especias e introducirlo en tarros, de forma que consigamos el ya conocido queso en aceite, de consistencia más blanda y bastante semejante a la mozzarella.
Puede elaborarse mediante la leche de diversos animales como la vaca, la oveja o la cabra, es de color blanco y con un sabor muy característico. También podemos elaborar el labneh en forma de yogur en nuestra propia casa.
Su origen se remonta a tiempos antiguos en Oriente Medio en el que se elaboraba el labneh con leche de cabra y se dejaba macerar en pieles de este animal.
Si podéis encontrarlo en cualquiera de sus dos variedades os lo aconsejo, a mí me gusta incluso más que el yogur tradicional.