Un nuevo estudio realizado en la Universidad de Monash (Australia) sobre digestión y leche, podría ocasionar el desarrollo de nuevas fórmulas para bebés y potencialmente en nuevos sistemas de distribución de medicamentos.
El estudio mostró por primera vez en forma detallada percepciones sobre la estructura de la leche durante la digestión. Hasta ahora, si bien los valores y las ventajas de consumir leche fueron muy divulgados, fueron pocas las investigaciones que se focalizaron en la estructura de la leche y cómo sus grasas interactúan con el sistema digestivo.
Según publicó el portal Milkpoint, financiado por Australian Research Council y liderado por Stefan Salentining y Ben Boyd, expertos del Instituto de Ciencias Farmaceúticas de Monash, el trabajo evaluó las nanoestructuras de la leche, descubriendo que sus componentes interactúan con el sistema digestivo humano. La investigación fortalece un modelo para el desarrollo de nuevos productos lácteos.
«Descubrimos que cuando el cuerpo comienza el proceso de digestión, una enzima quiebra las moléculas de grasa para fomrar una estructura geométricamente ordenada. Esos componentes pequeños y altamente organizados que permiten que las grasas, vitaminas y drogas liposolubles crucen las membranas celulares y alcancen el sistema circulatorio», explicaron.