Lácteos, obesidad y riesgo cardiovascular: Lo que dicen los estudios de intervención

Los estudios y las opiniones sobre los lácteos no dejan de traernos noticias. Como hemos visto en varios artículos, el consumo de este grupo de alimentos suele estar asociado a mejores indicadores de salud, pero lo cierto es que la mayor parte de los estudios que lo concluyen suelen ser observacionales. Por lo tanto, aunque hay muchos y bastante importantes, es cierto que no es muy riguroso hacer deducciones demasiado concluyentes en función de sus resultados.

Para ayudarnos a tomar decisiones con información más fiable, se acaba de publicar el meta-análisis «Effects of High and Low Fat Dairy Food on Cardio-Metabolic Risk Factors: A Meta-Analysis of Randomized Studies», en el que – esta vez sí – los expertos se han centrado en el análisis de los resultados de 20 estudios de intervención (con un aumento medio del consumo de 3,5 raciones diarias), realizados sobre lácteos enteros y desnatados durante un tiempo medio de 26 semanas. En concreto se han recopilado datos respecto a varios indicadores cardiovasculares: Peso, contorno de cintura, colesterol LDL y HDL, sensibilidad a la insulina, niveles de glucosa, proteína C-reactiva (un indicador de inflamación) y presión arterial.

Como el trabajo (de libre acceso) incluye gráficos con los datos y resultados concretos para ambos tipos de lácteos, les incluyo a continuación los mismos:

Peso:

Contorno de cintura:

Resistencia a la insulina (solo lácteos enteros):

Glucosa:

Colesterol LDL:

Colesterol HDL:

Proteína C-reactiva:

Presión arterial sistólica:

Presión arterial diastólica:

Es bastante evidente que los estudios para cada indicador no son muchos y que la heterogeneidad es bastante elevada en algunos casos, así que es conveniente que los expertos sigan investigando. Y, en general, lo cierto es que se observan más bien pocos cambios entre los indicadores, por lo que el efecto de los lácteos es muy poco significativo.

De cualquier forma, analizando estos gráficos de forma detallada, podrían hacerse las siguientes lecturas:

1. Los resultados favorables entre los que toman más lácteos identificados en otros estudios observacionales no aparecen en el caso de estos estudios de intervención de corto-medio plazo.

2. El tomar lácteos desnatados no aporta ninguna mejora en los indicadores cardiovasculares.

3. El tomar lácteos enteros no supone ningún aumento del riesgo, aunque tampoco ninguna mejora significativa.

4. En lo que respecta al peso – que es el tema central de este blog – se detecta un pequeño aumento en ambos grupos, que aunque de reducido valor, sorprende que sea el doble para los que toman lácteos desnatados. Además, es destacable que para los que los toman enteros, el contorno de cintura se reduce (algo que no ocurre con los desnatados), por lo que ese ligero aumento de peso pierde relevancia.

Es un estudio interesante y seguro que le ayuda a tomar mejor sus decisiones respecto al papel que desea asignar a los lácteos en su dieta.