Anímate a darles un sabor más personal a tus pizzas y tartas haciendo tu propio queso mozzarella casero.
Receta para preparar mozzarella casera
Cremosa, liviana y deliciosa, la mozzarella es una de las variedades de quesos más consumidas y apreciadas, especialmente en pizzas caseras y hamburguesas especiales. En el mercado podrás encontrar muchas opciones, pero ninguna con tu propio toque personal. Por eso, te mostramos cómo prepararla en casa.
Ingredientes para hacer mozzarella casera
Para preparar tu mozzarella casera necesitarás:
1-1/4 tazas de agua del grifo (o mineral)
1-½ cucharadita de ácido cítrico (puedes adquirirlo en tiendas de repostería, laboratorios y droguerías)
¼ de tableta de cuajo
¼ de cucharadita de cuajo líquido (nuevamente, lo consigues en el mercado o en tiendas de repostería)
1750 cc de leche
1 cucharadita de sal.
En cuanto a los materiales, ten a mano una olla de tamaño adecuado de acero inoxidable, un termómetro de cocina, cuchara de madera o plástica, un cuchillo, y el contenedor necesario.
Preparación del queso mozzarella casero
Ya con los ingredientes bien medidos, separa una taza de agua y disuelve en ella el ácido cítrico. En el cuarto de taza de agua restante, disuelve la tableta de cuajo (o el líquido), y reserva ambos contenedores.
Vierte la leche en la olla limpia a temperatura de ambiente, y agrégale la solución de agua y cítrico. Lleva al fuego medio-alto y, revolviendo suavemente, calienta a buena temperatura, sin que llegue al punto de hervor (inserta la punta de tu dedo: cuando el calor te invite a retirarlo, será suficiente). En ese punto, retira la olla del fuego y agrega la mezcla de agua y cuajo, revolviendo bien para integrar.
Coloca el termómetro de cocina y revuelve hasta que se temple a 30 °C. Pon la tapa de la olla y deja reposar por 5 minutos más. Pasado este tiempo, la leche se verá algo más espesa: si estuviese aún líquida, vuelve a colocar la tapa y deja reposar otros 5 minutos.
Cuando tome una cierta textura, haz algunos cortes en la cuajada, en sentido horizontal y vertical, asegurándote de que la punta del cuchillo llegue hasta la olla.
Regresa el contenedor al fuego medio y calienta el preparado de cuajada, revolviendo lentamente para que el calor se distribuya de manera uniforme. La cuajada irá separándose del suero, un líquido amarillento. Cuando suceda, retira nuevamente del fuego, vuelve a colocar la tapa y deja reposar 5 minutos más.
Luego, usando la cuchara o lo que prefieras, retira el suero amarillento de la cuajada. Revuelve suavemente para permitir que siga desprendiéndose, pues debes sacar la mayor cantidad posible. Pasa la cuajada a un recipiente para microondas y calienta por 1 minuto a temperatura máxima, o regresa la olla al fuego revolviendo suavemente para calentar un poco más. Vuelve a tapar y dejar reposar, para que se desprenda la mayor cantidad posible de suero. Sigue repitiendo el procedimiento tantas veces como sea necesario.
Ya bien deshidratada, coloca la sal por sobre la masa de queso y mezcla insertando tus dedos. Esta tarea también comenzará a enfriar la masa, mientras quitas todo resto de suero que pudiera haber quedado. En este punto puedes agregar los sabores que prefieras, para personalizar tu mozzarrela casera: orégano, pimienta o lo que quieras.
Por último, dale la forma que quieras para conservarla más fácilmente (una bola, un tubo), mientras notas que el queso comienza a afirmarse y abrillantarse, sin que la trabajes demasiado.
Cubre la mozzarella con papel film de cocina, una bolsa de cierre hermético, o un contenedor apropiado para mantener en la nevera. Agrega una pizca de sal a una taza del suero que retiraste, y mézclalo con una taza de leche fría, para verter por sobre el queso entero y ayude a que se conserve.