Montbrú, del queso artesano a la industria del queso

La empresa del Moianès elabora cada mes unas 30 toneladas de producto lácteo a base de leche de cabra, oveja y búfala

Montbrú, del queso artesano a la industria del quesoGanadaría extensiva. De la leche de estas cabras se elabora el queso de Montbrú (ACN / LAURA BUSQUETS – Propias)

Moià (ACN). – Quesos Montbrú es una industria quesera, artesana, que se encuentra en medio del Moianès. Se trata de una empresa familiar que nació a finales de los 80 de la mano de Pedro Antúnez y su mujer, y que ha ido creciendo con los años a base de experiencia, calidad y su saber hacer. En estos momentos, cada mes elaboran unas 30 toneladas de producto lácteo a base de leche de cabra, oveja y búfala. El producto estrella es el queso semicurado de cabra, seguido del queso fresco y el requesón. Antúnez ha explicado que la singularidad de los quesos reside «en la filosofía que empleamos a la hora de elaborarlo». El propietario explica que no han notado la crisis, e incluso han estado creciendo «en plena crisis».

Un centenar de cabras pastan libres por la finca que los Antúnez tienen en Moià. Cada mañana, el propietario del rebaño se acerca con un sistema móvil que ha ideado para extraer la leche, allí mismo, in situ. La mayoría de proveedores de leche de Quesos Montbrú practica la ganadería intensiva, pero este ganadero utiliza un sistema donde los animales son más libres. La veintena larga de proveedores que tiene la empresa les hacen llegar cada mes un poco más de 200.000 litros de leche, con los que hacen casi 30 toneladas de quesos de cabra, búfala y oveja.

El propietario, Pedro Antúnez, explica con orgullo la filosofía que singulariza sus productos lácteos del resto. Una manera de hacer «diferente», mezclada con una rigurosidad extrema para la calidad del producto que hará llegar al cliente final.

Según Antúnez, en la fábrica no llega ningún litro de leche que no haya pasado por las analíticas sanitarias correspondientes. «Si todos los parámetros están de acuerdo con lo que nosotros pedimos, cargamos la leche y la llevamos a la fábrica. Esto es básico, porque nos asegura que los quesos que elaboramos estarán bien hechos», explica. Antúnez señala que si la etiqueta informa que el lácteo contiene leche de cabra, «el 99% será leche de cabra, y nada más». Aunque la legislación lo permite, Montbrú no mezclan tipos de leche diferentes. El resto que faltaría para llegar al 100% del queso serían el cuajo, cloruro cálcico y la sal, «los elementos imprescindibles para convertir la leche en queso».

Por otra parte, Antúnez explica que con los años han conseguido «estandarizar» la fórmula de sus productos. Esto, según añade, les ha permitido «fidelizar» muy bien a los clientes que tienen y que buscan sus quesos, «por esta calidad homogénea». El propietario admite que no ha sido una tarea fácil, ya que a pesar de trabajar el queso de manera manual, el volumen de kilos de queso que venden al mes «es muy elevado». Con todo, la empresa ha sabido desarrollar una tecnología que les ha facilitado poder elaborar grandes cantidades de queso y seguir con sus procesos, la gran mayoría manuales.

Aunque en los inicios comenzaron como elaboradores de queso totalmente artesanales, actualmente, por el volumen de facturación, el número de trabajadores y las dimensiones de la propia empresa ya no se pueden llamar de esta manera. «Tenemos capacidad para hacer muchos kilos de queso en poco tiempo, pero no queremos perder la esencia de la manualidad», explica Antúnez.

La «inercia» del emprendedor

Con los años, Pedro Antúnez ha ido aprendiendo sobre el mundo de los quesos. Este ganadero a finales de los 80 se lanzó a fabricar requesón. Antúnez explica que se han tenido que espabilar «a todos los niveles». Cuando empezaron, «sí sabíamos hacer requesón, pero no sabíamos hacer nada más».

El propietario señala que cuestiones como la financiación, creer en lo que se hacía y aprender a elaborar nuevos productos correctamente ha sido una tarea «continua» desde que comenzaron. Antúnez habla de «inercia» cuando explica su mentalidad como emprendedor. «La inercia que tenemos nosotros es ir siempre adelante, mejorar las facturaciones, pero manteniendo la calidad de lo que hacemos y nuestra manera de hacer», puntualiza.

La exportación a Montbrú representa un 6%

Quesos Montbrú vende básicamente en Cataluña, donde están sirviendo a 650 tiendas. Antúnez explica que el objetivo es llegar antes de finales de año al millar. Su venta se concentra en Barcelona y el área metropolitana, pero también distribuyen sus quesos a algunos pueblos y ciudades de Tarragona y Girona. En España, hacen llegar los quesos en Mallorca (las ventas representan un 10% de la producción), Madrid o Palencia.

Aunque la exportación años atrás había llegado al 15%, en estos momentos se sitúa en 6%. Entre los países donde Quesos Montbrú exporta se encuentran los Estados Unidos, Bélgica, Dinamarca, Alemania y Andorra.

Crecer en tiempos de crisis

A pesar de la crisis global, Quesos Montbrú ha ido creciendo, «incluso en plena crisis». El primer año que la empresa decreció, según señala Antúnez, fue en 2012, con un-2’64%. Con todo, sin embargo, el propietario se muestra esperanzado y cree que la tendencia «debe ser a crecer». Así, los poco más de 3 millones de euros facturados en 2012, esperan cerrar el 2013 entre los 3’3 y los 3’5.

Esto será posible gracias, entre otros, a que Quesos Montbrú ha establecido un nuevo sistema de comercialización. Con la crisis, Antúnez explica que han tenido algún problema con la comercialización de los productos, ya que alguno de los distribuidores no ha cumplido con los tratos pactados. El propietario ha cambiado la estrategia y explica que decidieron poner furgonetas propias para poder hacer llegar la quincena de referencias – y otros de importación-en las tiendas donde se venden sus productos. Recientemente han abierto una tienda en línea a través de su página web.