El yogurt: una leche fermentada que ayuda a combatir enfermedades estomacales

La historia cuenta que en el siglo XVI, el Rey Francisco I de Francia sufría de diarrea persistente. Después de varios tratamientos sin éxito, se pidió la presencia de un doctor turco, quien trajo ovejas y una receta secreta de yogurt. El rey pronto se curó de su infección intestinal.

A inicios del siglo XX, el científico Ellie Metschnikoff descubrió que la fermentación de los lácteos provoca una influencia benéfica en el hombre. Esto lo convirtió en el pionero de las investigaciones y afirmó que los lácteos fermentados provocaban una acción protectora contra las infecciones. Su tesis le permitió el Premio Nobel de Inmunología en 1908.

La historia hoy

Durante casi 100 años de estudios, los científicos han querido conocer las distintas funciones de los microorganismos en el tracto digestivo.

El término «probiótico» data de 1965 e inicialmente se refería a cualquier sustancia u organismo que contribuyera al balance microbiano intestinal principalmente de los animales de granja. Posteriormente, se hizo una revisión para insistir que era un suplemento alimenticio microbiano vivo más que una sustancia; y recientemente se define a los probióticos como organismos vivos que al ingerirse en ciertas cantidades ejercen beneficios en la salud que van más allá de la nutrición básica inherente.

Diferencias importantes

– Yogurt natural: aquel que es de sabor natural de la leche, pero es hecho de leche entera.

– Yogurt natural light: aquel que tiene menos grasa (puede ser descremado) sin añadido de edulcorantes y siempre con el sabor natural de la leche (por lo tanto tendrá menos calorías).

– Yogurt frutado o saborizado: yogur con azúcar y con frutas o sabor de frutas. Este, generalmente, tiene añadido de azúcar y, como está hecho de leche entera (con toda su grasa), aportará más calorías.

– Yogurt frutado o saborizado light: yogurt con frutas o sabor de frutas con menos contenido de grasa (puede ser descremado) con edulcorante no calórico. Por lo tanto, tiene menos calorías que su versión regular.

Beneficios del yogurt

– Mejora la digestión de la lactosa (azúcar de la leche) y reduce los síntomas de la intolerancia a la lactosa.

– El consumo frecuente de leches fermentadas puede favorecer al tránsito intestinal lento y tiene efectos inmunomodulantes (mejora del sistema inmune).

– Previenen y/o colaboran en el tratamiento de la diarrea aguda, persistente y asociada por antibióticos. Reduce la duración de gastroenteritis producida por rotavirus en niños, así como la diarrea del viajero.

– Reduce la hipertensión, y reduce los síntomas clínicos de la dermatitis atópica en niños.

– Ayuda a controlar la glucosa en sangre (importante en pacientes con diabetes).

– Se ha estudiado la leche fermentada y su propiedad para disminuir la concentración de colesterol a raíz de una investigación de los guerreros Massai, quienes consumían grandes cantidades de leche fermentada y tenían niveles bajos de colesterol en la sangre. Aunque los resultados de la investigación fueron inconsistentes, quedó claramente demostrado que un consumo regular de yogur no incrementa la concentración del colesterol y que puede ser parte de la dieta de personas que sufran de enfermedades al corazón.

El yogurt es leche fermentada con bacterias ácido lácticas (BAL). Bajo ciertas condiciones de tiempo y temperatura, cada especie de bacterias estimula el crecimiento de la otra. Los productos de su metabolismo combinados dan como resultado la textura cremosa característica y el ligero sabor ácido.

El yogurt colabora en la reducción de ciertos tipos de diarrea, sobre todo en niños, Además, la OMS recomienda que durante el tratamiento de la diarrea, el yogur debería reemplazar a la leche porque es mejor tolerado, evitando la desnutrición.

Reemplazos:

Una taza de yogurt equivale a 1 taza de leche. Por lo tanto, si no le gusta la leche tiene una buena opción con el yogur.