Ayudan a mejorar el sistema inmunológico y a absorber mejor los nutrientes de los alimentos.
Se sabe que el yogurt cumple un rol importante en la alimentación, ya que contiene bacterias beneficiosas que contribuyen al correcto cuidado del organismo.
Según el nutriólogo Arnaldo Hurtado, solo se necesitan dos bacterias para elaborar un yogurt: Lactobacillus bulgaricus y Streptococus thermophilus. Sin embargo, en el mercado es posible encontrar un yogurt único con seis cepas probióticas, las cuales ayudan a mejorar el sistema inmunológico y a absorber mejor los nutrientes de los alimentos.
A continuación explicamos la importancia de cada cepa:
Cepa Lactobacillus Acidophilus, mejora la calidad de la flora intestinal, facilitando la digestión de la lactosa, así como disminuyendo las molestias ocasionadas a los que son intolerantes a esta enzima.
Cepa Bifidobacterium, que además de regular la microbiota intestinal en los niños, protege contra las diarreas; mejorando el tránsito intestinal en los adultos.
Cepa Lactobacillus Rhamnosus, ayuda a mejorar el sistema inmunológico a nivel intestinal, indicado especialmente en pacientes con defensas bajas.
Lactobacillus Paracasei, es benéfica porque mejora la inmunidad del intestino, inclusive, favorece a la reducción del riesgo de la caries bucal producida por bacterias.
Lactobacillus Bulgaricus, es muy utilizada para la elaboración del yogurt, ya que produce ácido láctico, el cual puede mejorar la intolerancia a la lactosa.
Finalmente el Streptococo Thermophilus, además de producir ácido láctico, disminuye la lactosa del medio que lo contiene, ayudando a pacientes que padecen de gastritis debido a la bacteria Helicobacter Pylori.
DATO
Se recomienda consumir un vaso de yogurt probióticos todas las mañanas en el desayuno; además de refrigerarlo adecuadamente para que no pierda los beneficios.