En verano pocas cosas son más apetecibles que los helados, y sí, cierto que algunos son auténticas bombas calóricas, pero no todos. Algunos pueden cumplir una misión nutritiva, son refrescantes y apenas tienen grasas. Nos lo cuenta la doctora Carolina Pérez, especialista en Nutrición de los Hospitales Quirón de Torrevieja y Murcia.
«Hay quien prefiere evitar las tentaciones para no hacer peligrar la línea, aunque, al contrario de lo que se piensa, en los helados no todo son calorías. Especialmente en los de hielo, que apenas tienen grasas, pero sí contienen unos niveles elevados de azúcares», señala la especialista.
La doctora explica que «son una forma rápida de refrescarse, aunque se recomienda no abusar de ellos. Además, pese a su alto contenido en agua, no calman la sed, debido al azúcar que llevan. Poseen un escaso aporte calórico (alrededor de 70 por cada 100 mililitros). Los polos de sabores frutales están hechos a base de zumo y su aporte de vitaminas, minerales o fibra es también bajo».
Pérez señala que hay una gran cantidad de helados y los polos, hechos a base de hielo, azúcares y saborizantes, son junto con los de crema, algunos de los más consumidos. Los cremosos son un derivado lácteo, razón por la cual los intolerantes a la lactosa deben tener especial cuidado. Optar por un helado artesanal, con productos naturales, será la opción más saludable, ya que, consumido con moderación, es un buen postre para cualquier persona que siga una dieta sana y equilibrada.
Respecto a los fabricados con grasa no láctea y de origen vegetal, la doctora Pérez advierte de que conviene prestar atención al etiquetado, porque «si sus grasas proceden de aceites o grasas parcialmente hidrogenadas (ácidos grasos trans), su consumo frecuente es aún más perjudicial ya que aumentan el colesterol malo».
Es importante tener todos estos datos en cuenta ya que según explica la doctora, «el helado se consume como tentempié favorito durante el verano y el 70% de los españoles lo hace al menos una o más veces por semana; el 67% aún lo toma de postre, pero la mayoría (61%) lo elegiría entre horas para picar».
La nutricionista da siete razones por las que es aconsejable el consumo de helados durante todo el año.
• Disminuyen el estrés: son un método infalible para ponernos de buen humor y reducir el estrés.
• Son muy nutritivos: son un alimento que proporciona grandes aportes nutricionales en vitaminas, proteínas o aminoácidos.
• Aportan mucha energía: sirven para refrescarse, hidratarse y recuperar energía tras un esfuerzo físico.
• Tras una operación de amígdalas: son perfectos para lograr la cicatrización de las amígdalas.
• Ayudan a comer más fruta: ingerirlos mezclados con fruta es una alternativa diferente para introducir esta en nuestra dieta de forma más apetecible.
• Previenen los resfriados: acostumbran la garganta a temperaturas más bajas y ayudan a prevenir los resfriados.
• Contribuyen a fortalecer los huesos: por su elevado contenido de calcio