¿Cuántos tipos de quesos conoces?

Nada más delicioso que disfrutar de un queso solo o con otros alimentos. Es hora de olvidarte del simple queso panela y descubrir la gran variedad de quesos que existen.

¿Cuántos tipos de quesos conoces?

Tu misión: ir al súper, probarlos y llevarte a casa los que más te convenzan. Puede ser muy fácil sorprender a tu familia o a tus invitados si les das una «cátedra de quesos».

Aquí te vamos a mencionar varios, digamos los básicos. Pero hay una infinita variedad de quesos, sobre todo europeos, basta visitar el sitio quesos.com para que te des una idea abismal.

Bueno, los quesos se dividen en los siguientes grupos, según su firmeza:

Frescos blandos (suaves)

Cottage, queso crema, ricotta, limburger, mascarpone y feta (de cabra)

Ideales para: preparación de rellenos, coberturas, salsas o dips, patés, pasteles de queso, postres, pastas calientes o frías o para ensaladas.

Maduros suaves (con hongos benéficos para intensificar su sabor)

Brié, camembert, blue cheese, roquefort, stilton y gorgonzola.

Ideales para: elaborar entremeses, sandwiches, botanas, ensaladas, pastas, suflés, aderezos, dips, carnes a la parrilla y también se envuelven en hojaldre para hornear.

Semisuaves

Havarti, Jack, muenster, brick, monterey jack.

Ideales para: sandwiches calientes y fríos, papas asadas, platillos con huevo, ensaladas, platillos mexicanos, bocadillos y botanas.

De pasta envuelta

Asadero, mozzarella y provolone

Ideales para: ensaladas, sandwiches, entremeses, pizzas, botanas y rellenos.

Semiduros

Port salut, gruyère, colby, cheddar, edam, gouda, suizo y colby jack (mezcla de colby con monterey jack).

Ideales para: desmenuzar, rebanar y derretir fácilmente al utilizarse en sandwiches, salsas, guisados, bocadillos, botanas, pastas y platillos con huevo.

Duros

Cotija, sbrinz, dry Jack, parmesano, romano y asiago.

Ideales para: preparar ensaladas, platillos guisados y horneados, pizzas, espolvoreado sobre sopas y pastas y como relleno de hojaldres.

Recomendaciones «queseras»

Los quesos frescos como el panela tienen una vida de más corta que uno seco como el parmesano, que dura un año en condiciones adecuadas de conserva.

Compra la cantidad de queso fresco que vayas a consumir en el lapso de una semana. De las variedades duras puedes llevar a casa la cantidad que corresponde a un mes, según el consumo en casa.

Comprar una bolsa de quesos rallados te evitará la tarea de rallar y tener varios tipos de quesos. O bien puedes comprar queso por peso y pedir en el súper que te lo rallen.

Almacénalo en el cajón especial del refrigerador para quesos a una temperatura de 1 a 3 grados centígrados, y procura que el producto esté cubierto con papel plástico.

Si van a ser cocidos, lo ideal es cocinarlos a fuego bajo o medio bajo.

Los quesos suaves se manejan mejor si están fríos, y los duros a temperatura ambiente.