Hasta ahora, el tratamiento inicial consiste en suprimir la PLV de la dieta. Por lo tanto, cuanto antes se desarrolle esta tolerancia, antes se podrá abandonar la dieta exenta de proteínas de leche de vaca y normalizar la rutina alimentaria. La alergia a la PLV se produce cuando el sistema inmunológico de un niño identifica las proteínas contenidas en la leche de vaca como peligrosas y puede causar problemas digestivos, dificultades respiratorias, erupciones cutáneas o inflamación de la cara. Incluso, las manifestaciones producidas por el shock anafiláctico, ponen en peligro la vida del paciente y requieren un tratamiento inmediato. Sin embargo, nuevos datos publicados en la revista The Journal of Pediatricsâ muestran que 8 de cada 10 niños con alergia a la proteína de la leche de vaca tratados con una fórmula extensamente hidrolizada de caseína que incluye Lactobacillus rhamnosus (LGG) pueden adquirir la tolerancia oral en el plazo de un año en comparación con otros tipos de fórmulas incluidas en el estudio. En relación a estos datos la adquisición de la tolerancia a la PLV a edad tan temprana permite a los lactantes y niños volver a una dieta normal más rápidamente minimizando el impacto en su desarrollo.
En este sentido, el Dr. Juan José Díaz, de la Sección de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Universitario Central de Asturias (Oviedo) considera ‘‘La adquisición temprana de tolerancia oral a través del tratamiento con fórmulas extensamente hidrolizadas de caseína con el probiótico LGG, permite a los lactantes y niños volver a una dieta normal más rápidamente, minimizando así el impacto sobre su vidaâ€. Los organismos científicos oficiales, incluyendo la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, aconsejan una dieta con proteína hidrolizada para el abordaje de la alergia a la PLV y la adicción a estos productos de LGG puede ser un importante avance para normalizar cuanto antes la dieta de estos niños, teniendo en cuenta que a una edad tan temprana es muy difícil concienciar plenamente al niño acerca de su alergia y las medidas preventivas a tomar, y una vigilancia constante que afecta a su vida diaria. Mientras la alergia persista, la dieta de alimentos sólidos del bebé estará limitada ya que no pueden consumir productos lácteos elaborados a base de leche de vaca ni productos derivados que contengan esta proteína, teniendo repercusiones nutricionales.
La exención incluye productos aparentemente no lácteos que, en muchas ocasiones, contienen proteínas lácteas en su composición, como embutidos o salsas, carnes congeladas, aperitivos salados o chucherías. En este sentido el Dr. Juan J. Díaz Martín señala ‘la eliminación de la PLV de la dieta limita de forma importante la vida del niño y de su familia, sobre todo si la alergia persiste por encima de los 4 años de vida. Se han descrito casos de reacciones graves, incluso mortales tras la exposición inadvertida a la PLV, por tanto, que el paciente sea capaz de tolerar la leche cuanto antes supone un gran beneficio, en primer lugar, para la seguridad del propio paciente y para normalizar su dieta. Al respecto, la Dra. Carmen Ribes, Presidenta de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, explica “Recientemente, se ha demostrado que casi el 60% de los bebés alimentados con fórmulas extensamente hidrolizadas de caseína con el probiótico LGG adquirió la tolerancia en un plazo de seis meses desde el comienzo de la toma, y el 79% lo logró en doce meses comparado con las otras fórmulas. Por lo tanto, la adquisición de la tolerancia a la PLV permite a los lactantes y bebés incluir en su dieta alimentos lácteos, algunos tipos de queso, yogures y postres lácteos.
Qué es la alergia a la PLV
La alergia a las proteínas de la leche de vaca es la principal causa de alergia alimentaria en niños en periodo de lactancia y menores de 3 años. De hecho, se estima que este tipo de alergia afecta en torno al 3% de los bebés. Estudios recientes muestran que la prevalencia y la duración de la alergia a la proteína de leche de vaca se está incrementando. Este hecho limita la dieta de los lactantes y niños, puede impactar en su desarrollo, e incluso provocar otros problemas de salud. Las guías de la Sociedad Europea de Pediatría, Gastroenterología, Hepatología y Nutrición (ESPGHAN) recomiendan el uso de fórmulas extensamente hidrolizadas en la mayoría de casos de alergia a la proteína de leche de vaca.